¿Qué es estar SANO?

Escrito el 20/09/2022
COLEGIO SALUDABLE




Según la Organización Mundial de la Salud, se define a la salud integral como un completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad. Los factores genéticos tienen un papel determinante en nuestro estado de salud, pero tanto o más importante son también los llamados factores conductuales, es decir las conductas o comportamientos que adoptamos de manera repetida, integrándolas en nuestro estilo de vida, y que conocemos como hábitos.

Por ello, lo hábitos saludables son aquellos que nos acercan a un estado de salud integral óptimo, y por tanto engloban desde las acciones para un bienestar físico, como para un bienestar social y mental. 

Alimentación: una alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales para nuestro organismo, además de adaptarse a nuestro estilo de vida (horarios, apetencia, economía, gustos, etc.) No existe una sola forma de alimentarse de manera saludable, pero todas tienen en común que se priorizan los alimentos mínimamente procesados (frutas, verduras, legumbres y derivados, carnes y pescados frescos, huevos, lácteos naturales, frutos secos, grasas saludables…), especialmente los vegetales, y se minimiza el consumo de ultraprocesados y alimentos cuyo consumo en exceso incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades (refrescos, alimentos precocinados, bollería, lácteos azucarados, cereales azucarados, embutidos y fiambres, carnes procesadas…)

Actividad física: la actividad física más saludable, es aquella que disfrutamos, que nos gusta practicar y nos hace sentir mejor (con más energía, más fuertes, más ágiles…) 

Las recomendaciones MÍNIMAS son:

5-17 años: 60 minutos diarios de AF de intensidad moderada a vigorosa (> 60 minutos reportará un beneficio mayor). Además, incluir tres veces por semana actividades vigorosas que refuercen músculos y huesos.

18-64 años: 150 minutos semanales de AF aeróbica de intensidad moderada, o 75 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación de ambas. Además, incluir dos veces por semana actividades de fortalecimiento (ejercicio de fuerza).

Higiene: incluye hábitos tóxicos (tabaco, alcohol…) y de sueño, esencial para un desarrollo físico y cognitivo adecuado, que determinará su estado de salud físico, mental e incluso social. Es importante que se incluyan hábitos de higiene como lavarse las manos, los dientes, peinarse, etc. para prevenir la aparición y transmisión de infecciones y otras enfermedades.

Relaciones sociales: tener relaciones sociales sanas puede ayudarnos a progresar y crecer en ámbitos diferentes de nuestra vida.

Desarrollar habilidades sociales es esencial para disfrutar de relaciones sanas, basadas en la empatía, la honestidad, la amabilidad, el respeto… y también ayudará a detectar aquellas personas que pueden detonar una relación tóxica que nos haga daño. 

Gestión emocional y psicológica: es esencial para lograr una adecuada salud mental. En determinados momentos de nuestra vida, nuestras emociones pueden ser tan fuertes que acaben dominándonos y generándonos problemas de ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos. Es importante que sepamos observar y aceptar todas las emociones, y buscar siempre ayuda profesional si no nos sentimos cómodos con nuestros pensamientos o conductas.


Existen por tanto una gran variedad de campos en los que nuestra salud se va a ver afectada. Si detectamos que nuestros hábitos no son los más adecuados, no debemos cambiarlos de un día para otro. La clave del éxito será ir avanzando poco a poco, con pequeños cambios progresivos que nos acerquen a donde queremos estar, y sobre todo que nos guiemos por profesionales.