- Prioriza productos frescos, naturales (los mejores son los que no llevan etiquetas), de temporada y locales (de tu entorno geográfico).
- Que no te engañe la publicidad, productos recomendados por personajes famosos, o declaraciones como ‘enriquecida con…’ ‘alto en…’ o ´natural´, ´artesanal´ o los nombres científicos, no siempre significan un mejor producto.
- Mira bien la lista de ingredientes y la tabla nutricional, muchas veces por ejemplo el azúcar aparece en diferentes formas y nombres (fructosa, dextrosa, glucosa, jarabe de fructosa, miel, sirope de agave, jarabe de maíz etc.), si sumamos a todos el azúcar es el principal ingrediente y debería ir en el primer puesto pero con este truco lo reparten.
- Fíjate siempre en la fecha de caducidad para que no tengas que desperdiciar comida. En los supermercados colocan los productos que caducan antes más a mano o en primera fila.
- Cuidado con los embutidos, jamón York, pavo o salchichas, todos son procesados, evidentemente, y muchas veces llevan un porcentaje muy bajo de carne, igual que los patés apenas llevan hígado (e hígado de cerdo en vez de pato por ejemplo). La próxima vez que vayas al supermercado comprueba el porcentaje de producto que anuncian en la etiqueta de embutido de pavo o jamón york, te sorprenderás.
- Integral no es siempre integral, frecuentemente los productos (harinas, panes etc.) llevan sólo una parte de harina integral, o incluso llevan harina refinada y un poco de salvado añadido, pero no lleva el grano completo o la parte del germen, que es una de las más interesantes a nivel nutricional por su contenido en vitaminas, ácidos grasos esenciales y minerales.
- Mira la ración del producto: Muchas veces la establecen muy pequeña (por ejemplo 30 gramos de cereales o 200 ml de Coca-Cola), una cantidad que solemos superar en un consumo normal, pero así los fabricantes pueden poner números más pequeños y decir que el producto no tiene por ejemplo grasas trans (con menos de 0,5 g por ración).
- Sin azúcar no es siempre mejor que el producto normal, porque reemplazan el azúcar con edulcorantes artificiales o con otros tipos de azúcares que no son sacarosa (lo que conocemos como azúcar de mesa). Además, suelen tener añadido grasas refinadas, o aditivos innecesarios para conseguir texturas y sabores más parecidos a los procesados.
- Cuidado con los productos “light” (yogures, salsas etc.), tienen menos calorías (en torno a un 30%) que su versión original (por ejemplo mahonesa o mahonesa ‘light’), no significa que sea un producto bajo en energía, de hecho siguen siendo productos densamente energéticos y con bajo nivel nutricional.