Siempre damos por hecho que todo lo "casero" es más saludable que comprarlo. En la mayoría de ocasiones así es, pero no hay que olvidar, que no todo lo casero es sano, y el mismo alimento puede ser más o menos sano según cómo lo elaboremos.
Este es el caso, por ejemplo, de las patatas "fritas". Las patatas, para su consumo habitual, es mejor prepararlas al vapor o al horno, para utilizar menos cantidad de aceite. En cualquier caso, si queremos prepararlas ocasionalmente fritas, sería aconsejable escoger para freírlas aceite de oliva virgen extra, y no elevar en exceso la temperatura del aceite. Después las podemos dejar sobre un papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Y siempre seguir el plato saludable, acompañándolas con alguna verdura y fuente de proteína saludable (un filete de pescado blanco o carne, huevos o tortilla...).